Primero hay que evaluar que una camper siempre va a ser más grande que la mayor parte de los coches. Realmente lo más significativo es gozar de la conducción. Es poco recomendable callejear en pueblos de calles pequeñas o creer que se puede aparcar en cualquier sitio. Existen restricciones físicas, medidas de seguridad y normativas que podrían acabar en multa o en daños sobre una carrocería que normalmente está hecha de fibra de vidrio.

Los ocupantes son los que establecen el tipo de autocaravana que tenemos que seleccionar, pero debemos separar plazas de día y puestos de noche. Puede ser una caravana con dos plazas registradas para viajar y dos camas o más para amparar a más de cuatro huéspedes de noche.

Siempre debemos alquilar un tipo que se adecue a los requerimientos de cada caso. Tener en cuenta el orden de la parte de adentro del habitáculo es fundamental: hay que mirar bien en el tipo de camas que se buscan (individuales, dobles o literas).